domingo, 30 de agosto de 2009

Mi futuro esposo

Estaba en el centro comercial. Y volteaba hacia otro lugar así que pensé que lo que pisaba no era importante. En eso vi la mano de un niño de 4 años debajo de mi bota.
Me sentí un gusano y le acaricié la cabeza para pedirle disculpas y él con su vocecita me dijo: "no hay pobema". Me respondió con una frase muy adulta. Entonces seguí caminando y su abuelo me guiñó un ojo en son de: "no pasa nada, tranquila". Mis amigos me dijeron: "oye regrésateeee... el niño está haciendo pucheros".
Me regresé y fui a sobarle la mano y le dije que me perdonara que fue sin querer... Era tan hermoso. Le pedí un beso y no era nada rencoroso porque me lo dio.
Esa es la historia de amor entre dos personas que se conocieron a raíz de la tragedia de un dedito de 1 cm. y medio pisado distraídamente por mi bota.
Ya siento que lo amo.

1 comentario:

Daniela a.k.a Mona dijo...

Así quién no se casa... Ojalá y todos fueran como él.