martes, 22 de septiembre de 2009

Todos de malas

Es bien cagado, porque hay días en que la gente se pone de malas sin razón aparente. Lo peor del asunto y cuando las cosas se ponen de güeva es cuando la gente se pone de acuerdo para andar de malas el mismo día. Y para empeorar aún más (si se puede) el día, resulta que esas personas coinciden en el trabajo. Ahorita por ejemplo, el decirle salud a alguien cuando estornuda es como si se lo dijeras a la nada. O sea, yo entiendo que no siempre tenemos buenos días. Realmente tenemos malos días, pero pues eso de que sea así tan seguido, no sé, me pone de malas. Yo la verdad suelo ser medio amargada en algunas ocasiones, sobre todo cuando me baja; esto es porque el maquillaje se me chupa, no me dura nada, el cabello se me pone más crespo que de costumbre, me duelen los senos, muy pocas veces me duele la panza, pero a veces sí y cañón, y el humor está así súper sensible o súper mamón.
Pero como decía, eso de que te contesten a medias y el ambiente se tense por tonterías, no me late.
Bueno, a'i vengo, voy a comer.

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